Libres
¡No me puedo imaginar la sensación! Después de tanto recato, formalidad y miramiento. Después de estar viviendo bajo las normas de la familia, cada una con sus imposiciones. A pesar de haberlo llevado lo mejor que sabían, ahora era su momento, eran libres.
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En la playa de Cullera |
En este episodio os voy a contar su primera etapa de casados y el curioso viaje de novios.
Cullera
El mismo día de la boda, tras despedirse de los invitados, Pepe y Amparo tomaron un taxi para ir a su nueva casa donde ya tenían las maletas preparadas para salir de viaje, el mismo taxi les esperó abajo y les llevó a su primer destino.
Cullera es un municipio costero de la provincia de Valencia, se sitúa en la ribera del Júcar y se encuentra a unos 40 Km de la capital. En 1965 el turismo en la zona estaba emergiendo, apenas había edificaciones en primera línea de playa, aunque ya se había construido el primer gran Hotel. Los visitantes venían principalmente de Francia y Reino Unido. Era un lugar precioso y tranquilo. Amparo había ido mucho de pequeña pues está muy cerca de Fortaleny. Pepe sólo conocía Cullera desde que su padre había comprado el apartamento, allí se quedaron unos días y empezaron a disfrutar de su reciente libertad.
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Desde el Castillo de Cullera |
Fueron 4 días de paseos, risas y pasión, sin horarios y sin prisas. Bajaban a tomar el aperitivo y a comer al bar restaurante Oasis, que estaba en su misma calle cerca de la playa. Amparo recuerda un día que fue a la peluquería, allí las chicas del pueblo chismorreaban sobre los turistas y las aventuras sexuales que tenían con ellos, hablaban en valenciano y probablemente pensaban que Amparo no las entendía. Al salir se despidió en valenciano, dando a entender que se había enterado de todo. No se escandalizó, pero sí le sorprendió aquel descaro. Les pilló una tormenta enorme, octubre es época de lluvias, y estuvieron 2 días sin salir del apartamento, no les importó tanto, al contrario.
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Amparo en el Bar Oasis |
Alicante
Para llegar a Alicante cogieron un autobús procedente de Valencia que paraba en Cullera , un taxi les llevó a la parada que se encontraba en la carretera, entonces no había autopista y el trayecto era largo. Se alojaron en un hotel en el centro. Pepe tenía muchas ganas de conocer esta ciudad, así que los 2 días que estuvieron allí los dedicaron a visitar lugares emblemáticos como el Castillo de Santa Bárbara, el Paseo de la Explanada o la playa del Postiguet y a disfrutar de las comidas típicas en sus restaurantes y tascas. Entonces el turismo en Alicante era mayoritariamente nacional y bastante exclusivo, faltaba poco para que eso cambiase.
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Castillo de Santa Bárbara |
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Paseo de la Explanada |
Madrid
Desde Alicante pusieron rumbo a Madrid, esta vez en tren. El tío Alfonso se había ocupado de reservarles el hotel, tenía amistades en el Wellington (un 5 estrellas en el barrio de Salamanca) y les consiguió un buen precio. Cuando Pepe y Amparo llegaron al hotel se encontraron con la recepción de una cena de gala militar que se celebraba en uno de los salones con motivo de la festividad del Pilar . Oficiales de uniforme luciendo sus medallas acompañados de sus esposas vestidas de largo hicieron sentir fuera de lugar a Pepe y Amparo. ¡Dónde nos hemos metido! Esa noche no salieron de la habitación ni a cenar.
No les costó mucho acostumbrarse al Wellington una vez superado el schock de la llegada, tenían 6 días por delante y muchos planes. Uno de ellos fue la excursión a Toledo. Pepe tenía mucho interés en visitar el Alcázar, el Museo del Greco y la Catedral.
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Alcázar de Toledo |
En la Catedral se unieron a una vista guiada en inglés, el grupo era mucho mas reducido que la misma visita en español, y como a Pepe le gustaba practicar no lo dudó, ya le traduciría a Amparo. Él estudiaba inglés por su cuenta y aprovechaba cualquier oportunidad para escuchar o chapurrear sin ninguna vergüenza. Durante la visita conocieron a un italiano más o menos de su edad que viajaba solo y en un rato hicieron amistad. Luego os contaré lo que pasó con el italiano.
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Museo del Greco |
Voy a intentar resumir los días en Madrid. Siempre me pasa lo mismo, me enrollo demasiado y mis hermanos y yo seguimos sin nacer.
Pepe enseñó a Amparo la pensión donde estuvo viviendo y los lugares que frecuentó cuando estuvo preparándose para el examen de auditor que os conté en el capítulo "Distancia". Además de las clásicas rutas culturales, hicieron la visita a su tía Amparo, fueron a comer con el tío Alfonso y familia y visitaron la Casa de Canarias. Un día salieron de tascas con Mariluz Martínez, que entonces trabajaba en el Ministerio de Educación. Ese día a Amparo no le sentaron bien los vinos. Tenía aguante, pero Mariluz y Pepe tenían más.
Llegó el momento de regresar a Valencia y no lo hicieron solos. Les quedaban dos días de vacaciones y se llevaron con ellos al italiano que habían conocido en Toledo. Le procuraron una pensión en la calle Alzira y durante esos dos días recorrieron Valencia con su invitado. Total, que del viaje de novios volvieron con un italiano.
Valencia
¡Por fin en casa! No les había dado tiempo a estrenarla. Enseguida volvieron a sus trabajos y comenzó una nueva rutina que no estaba nada mal.
Por un lado, en la casa estaban muy cómodos y aunque los dos eran ordenados y organizados, alguna vez cuando volvían a casa la ropa acababa tirada por el pasillo. No tenían televisión y dedicaban mucho tiempo a la lectura, y no sólo a lo que estáis pensando. A pepe le gustaba leer obras de humor de autores como Julio Camba, Wenceslao Fernández Florez, Pitigrilli o Enrique Jardiel Poncela, también leía tebeos, se partía de risa. A Amparo le iba más la novela policíaca, entre otros géneros, aquí algunos de sus autores favoritos: Edgar Alan Poe, Agatha Christie, G.K. Chesterton, Georges Simenon o Pearl S.Buch con su serie de novelas sobre la China profunda.
Por otro lado, su nueva vida social. No quisieron compromiso con las familias en cuanto a tener que ir un día fijo a hacer la visita o a comer, así que los fines de semana tenían vía libre para hacer planes con la pandilla: el aperitivo en el bar Trébol , las salidas por tascas, el cine de estreno y las noches de baile con orquesta en el sótano del Hotel Astoria o en los jardines de Viveros, donde había restaurante y sala de baile.
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Cena con los amigos |
En el Astoria bailaban pasodobles, boleros, mambo, twist o chachachá, entonces hacían todos juntos coreografías que casi siempre dirigía Miguel Gómez. Me gusta evocar aquellos tiempos de baile con orquesta, es algo que me hubiera gustado vivir. He encontrado esta recopilación de chachachás que comparto por si os apetece escuchar.
También hacían excursiones de domingo al campo o a la playa, algo que de novios no tenían permiso para hacer. Algunos de los amigos de la pandilla ya eran papás. A continuación algunas fotografías de aquellas escapadas de domingo con los Balanzá, los Gómez, los Rubio y los Ferrando, y otra de la Nochevieja de 1965.
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Macastre |
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Macastre |
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Macastre |
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Cullera |
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Cullera |
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Nochevieja 1965 |
Cierro el capítulo con esta fotografía tomada en una de aquellas excursiones que refleja esa sensación que mencionaba al principio del capítulo, la sensación ser libres.
En el próximo episodio hay otro viaje a la vista, pronto os lo contaré.
Muchas gracias como siempre a Amparo. En esta ocasión me gustaría también dar las gracias a los nuevos seguidores de la historia, Amparo ha tenido mucho que ver en su difusión y a través de ella recibo mensajes que me animan a continuar.
Me encanta esta novela por fascículos de la vida de Amparo , todos están muy interesantes y las fotos son alucinantes de la época pasada que me encanta y no trae recuerdos de cuando yo era chiquitica.👏
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu comentario! Amparo es tan protagonista en la historia como Pepe desde el momento en que decidieron compartir sus vidas. Me alegro que la sigas y que te traiga tantos recuerdos.
EliminarLa Bruja, el sótano del Astoria se llamaba la Bruja. Justo este mediodía lo nombraba mi padre 😀. Buen capitulo 👏👏👏
ResponderEliminar¡Eso es! La pena es que después se convirtió en discoteca y cambió el ambiente. Saludos al Dr. Balanzá, componente de la "pandilla". ¡Gracias por el comentario!
EliminarTengo entendido que el italiano se fue encantado de haber estado en Sevilla ¡lo pasó tantan bien que no sabía ni qué ciudad visitaba!
ResponderEliminar¡Es verdad! Papá contaba esa anécdota, el italiano se dejó llevar y por lo visto no sabía mucho de geografía. ¡Gracias por recordarlo!
Eliminar¡Qué maravilla ir a bailar acompañado de una orquesta de verdad! ¿a que sí?
ResponderEliminar¡Y tanto que sí! Lo que me hubiera gustado vivir esos tiempos. ¡Muchas gracias!
Eliminar¡Buuuaaaa! ¡Fantástico! Me he quedado de pasta de boniato sobre todo por las fotos. ¡Yo también tengo la de la Nochevieja del 65! Enhorabuena por el trabajo. No sigo mucho el facebook, pero te seguiré todo lo que escribas. Besos y abrazos.
ResponderEliminar¡Qué alegría me da ver tu comentario! Nuestros padres vivieron mucho juntos, y sobre todo, lo pasaron súper bien en aquella época. Me alegro mucho que te haya gustado. No comparto en redes de momento, guárdate el blog, yo voy actualizando cada pocas semanas. ¡Muchas gracias! Un abrazo.
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