72-73 ¡Ya somos tres!

Nos adentramos en los movidos años 70, una era de cambios y de progreso que se verá reflejada en la vida de Pepe y Amparo. En esta familia todavía no estábamos todos, pronto se unirá a ella Eduardo, y con su llegada tendremos más diversión y algunas preocupaciones también, ya os iré contando. Fernando y yo felices porque ahora, ¡ya somos tres!

María, Eduardo y Fernando

1972

El capítulo anterior, "Nuevos horizontes", terminaba con las obras del nuevo chalet de La Vallesa. Pues bien, la casa llevaba una marcha acelerada. En enero Pepe y Amparo celebraban que estaba casi terminada y que era muy probable que pudiesen pasar allí las vacaciones de Semana Santa. Lo que era seguro es que pasarían allí el verano. Esto significaba decir adiós a aquellos días en La Casa del Pino y dar la bienvenida a una nueva etapa.

Pasamos de largo febrero y nos vamos directamente al acontecimiento del año. El 7 de marzo nace Eduardo en La Cigüeña. ¡Bienvenido, Eduardo! El parto fue algo más complicado que los anteriores, todo fue bien, solo que Amparo necesitó un poco más de tiempo para recuperarse. 

Eduardo bebé

Mientras Amparo y Eduardo estaban en el hospital, a Pepe se le ocurrió llevarnos a Fernando y a mí al fútbol para entretenernos un rato. A Pepe le hizo gracia mi comentario durante el partido cuando Fernando preguntó: "Papá, ¿ha sido gol?" y yo respondí avispada: "No, ha sido peligro". Yo no entendía qué era tan gracioso, ahora me imagino la escena y lo comprendo todo.

El bautizo se celebró el 2 de abril en la parroquia de San Miguel y San Sebastián, los padrinos fueron Pepe Balanzá y Mari Luz Martínez. Aprovechad para ver a Pepe, tan elegante con su traje blanco, porque a partir de ahora los niños acaparamos el reportaje.

Bautizo de Eduardo, Pepe Balanzá, Mari Luz Martínez, Pepe y Amparo

Bautizo de Eduardo, Pepe Balanzá, Mari Luz Martínez, Pepe y Amparo

Bautizo de Eduardo, Pepe Balanzá, Mari Luz Martínez, Pepe y Amparo

Aún sin estar terminado, Pepe y Amparo aprovecharon las vacaciones de Semana Santa para disfrutar del chalet e ir ultimando detalles en la casa. Nosotros, ajenos al cambio que suponía para la familia, teníamos suficiente con jugar en un gran montón de arena.

María y Fernando en el montón de arena

Una de las faenas que tenían por delante era pintar las sillas de anea. Pepe las compró en madera natural porque eran más baratas y así pudo comprar 12. Él solito las pintó todas de rojo, a juego con los azulejos de la cocina. Quería que no faltasen sillas para todos los amigos y familia.

Amparo con Eduardo, detrás la silla aún sin pintar

El chalet, vista desde la piscina

Mayo es mes de comuniones, ese año hubo unas cuantas. Entre los hijos de la pandilla, de los amigos y la familia, cada dos por tres teníamos una comunión, o un bautizo.

María en los Jardines de Viveros, de comunión

Fernando y María en la playa de Las Arenas

María y Rafa, el hijo de los Ferrando

Miriam Balanzá con Conchín, su madrina

Y entre tanto evento, aún pudieron escaparse a Yecla un fin de semana, para presentar a Eduardo a la familia que no pudo ir al bautizo. Sólo tenemos una fotografía de esa visita, en La Casa del Pino. 

Amparo con Eduardo en Yecla

¡Llegó el verano! Con la piscina a punto y el jardín casi terminado, la familia ya está lista para instalarse. Los ladrillos formarán parte del entorno todavía un tiempo pero poco a poco todo irá tomando forma.

La abuela Julia con Eduardo

Fernando y María

Pepita era parte de la familia, antes lo fue Rosalía. En la época era común tener una "muchacha" para ayudar con los niños y las tareas del hogar, especialmente cuando en el matrimonio trabajaban ambos, como era el caso de Pepe y Amparo. Amparo solía irse al trabajo a mediodía y no llegaba hasta la noche. Pepe iba a comer a casa y apenas se cruzaban. El primer día que Pepita le sirvió la comida a Pepe le dijo: "Señor, ¿le puedo hacer una pregunta? ¿Es verdad que si después del sexo te tomas un café y una aspirina, eso evita que te quedes embarazada?" Pepe la miró perplejo y respondió: "Ni antes ni después, en vez de". La cuestión tenía sentido dado que Pepita era muy joven, muy sexual y tenía muchas "aventuras", pero claro, ese primer día Pepe se quedó muy sorprendido, aunque le hizo gracia su inocente descaro y su naturalidad. 

Eduardo con Pepita

Vida social

A partir del verano del 72 quedan atrás los aperitivos con los amigos en el bar Trébol, los paseos por el Jardín botánico o las salidas de fin de semana a Fortaleny, pasando a ser algo más esporádico. Empezaron a ser anfitriones de las reuniones con la pandilla muchos domingos, entre todos preparaban la comida y entre todos recogían. La cita ineludible que pactaron los amigos para seguir viéndose en Valencia fue la noche de "la plantá", en Fallas, y la Nochevieja.

Empezaron a conocer a los vecinos de La Vallesa, sobre todo a los de nuestra calle, la 364 y 363, la de atrás. Los Balanzá todavía no se habían instalado, ellos serían nuestros futuros vecinos de al lado. Pepe se aficionó a jugar al tenis y practicaba en la pista que tenía el Sr. Fandos (tío de Amparo Fandos, amiga del colegio de Amparo) y que se podía ver desde nuestro jardín. Era muy gracioso ver a Pepe equipado con el atuendo de tenis, todo de blanco, y con ese pantalón tan cortito que dejaba a la vista sus delgadas piernas.

El Centro Cultural La piscina en La Cañada, más conocido como "La Piscina", era un complejo que albergaba un restaurante, piscina, frontón, espacios para conciertos o cine de verano y parque infantil. Era centro de reunión para los vecinos y veraneantes de la zona. El restaurante "El Pozo", muy conocido también, era otro de los lugares donde tomar algo con los amigos o salir a comer. Muchas veces Pepe y Amparo hacían una escapada sin niños para tomar un aperitivo o para acudir a algún evento. Nino Bravo actuó ese verano en "La Piscina" y ellos no se lo perdieron.

Y ya estamos en diciembre, habrían sido unas navidades más, la Nochebuena con la familia paterna en casa de los abuelos y el día de Navidad en casa de los abuelitos con la familia materna, solo que este año se celebraba además la llegada de un nuevo miembro de la familia. El 30 de diciembre de 1972 nace Julia Almonacid Marco, la segunda de Pili y Gregorio, y  la última de nuestros primos hermanos. ¡Bienvenida, Julia!

Bautizo de Julia, con sus padres y padrinos

1973

El 23 de febrero de 1973 nace Helena, la segunda hija de Mari Luz y Casto, apodada desde pequeñita como "la cogollo". ¡Bienvenida, Helena! Esta vez no hay viaje a Madrid, serán ellos los que vendrán a Valencia más adelante para presentarla. En el capítulo anterior olvidé mencionar el nacimiento de Carlos, el segundo de Pilar y Carlos, el 1 de mayo del 71. ¡Bienvenido con retraso, Carlos!

En marzo, Eduardo cumple su primer año. Ya se ha convertido un hábito el ir al chalet los fines de semana. Estaban muy organizados. Amparo preparaba la comida que se habían de llevar, allí tenían ropa de "campo" para todos, así cuando ella volvía del colegio a las 8 de la tarde sólo tenían que coger el avío y subirse al coche. Algunos viernes Pepe desmontaba el plan: "estoy tomando algo aquí abajo", "ha venido no sé quién y lo estoy pasando muy bien",  "ya nos vamos mañana", "bájate ahora cuando puedas". Total, que con todo preparado terminaban yendo sábado por la mañana.

Eduardo con 1 año en el chalet

Este será su segundo verano en La Vallesa. El jardín estaba precioso y ya no había ladrillos a la vista. Siguieron recibiendo visitas de familiares y amigos, les gustaba mucho compartir lo que tenían e invitar, y por qué no decirlo, a Pepe le gustaba también presumir.

Con las primas Julia Eva y Helena

Mari Luz y Casto fueron a pasar unos días con las nenas. Por las noches, cuando los 5 niños se iban a la cama, se montaban la juerga en la barra de la cocina. Pepe llamaba a Mari Luz "la cheli", por la canción "Saca el güisqui cheli" de Desmadre 75.

Ese año los Balanzá se instalaron por fin. Ellos también iban todos los fines de semana. A partir de entonces la relación entre ambas familias fue mucho más estrecha, los niños íbamos de una casa a otra y de una piscina a otra. Ellos tenían teléfono, nosotros no, así que en caso de necesidad o de urgencia nos podían localizar ahí. Cuando había una llamada para nosotros nos gritaban: "teléfonoooo", desde el otro lado de los cipreses. Era muy divertido.

Los tres hermanos

Eduardo y Fernando

Como Pepe tenía vacaciones en agosto, era el mes en el que podían realizar algún viaje, en pareja o en familia. Ese año fueron a pasar unos días en La Casa del Pino. De ese verano no tenemos fotos en la piscina, pero sí de esta excursión al monte Arabí con los primos mayores, Fernando y María Elena.

Fernando y María Elena Abrisqueta

Fernando y María Elena Abrisqueta

Carlos Abrisqueta con María Elena y Fernando

Este año tanto Fernando como yo cambiamos de colegio. Él con 6 años entró en Los Escolapios, y yo con 4 años en Las Escolapias. Ambos colegios estaban en el barrio. Amparo había sido alumna de Las Escolapias y Pepe a su vez lo había sido de Los Escolapios en Yecla. Ambos nos quedábamos al comedor, Eduardo todavía era muy pequeño para ir a la guardería y estaba en casa.

Fernando y María, colegiales

En noviembre nos dejó la abuela Pilar, la última de los abuelos de Pepe. Eduardo era muy pequeño, pero Fernando y yo tenemos la suerte de recordarla. A mí me llamaba "Maruja" y eso me hacía rabiar, yo no sabía que fuera un diminutivo de María, sólo un nombre que me sonaba "feo".

A finales del 73 se presagiaba un cambio en el futuro profesional de Pepe. D. Juan, el propietario de  la empresa García Pascual donde Pepe ejercía de gerente, se había jubilado. El hijo de este tomó las riendas de la empresa y Pepe no estaba de acuerdo en muchas de sus decisiones como directivo. Nadie conocía la empresa mejor que él, y con este giro se temía lo peor. 

Ese año Pepe había empezado a invertir en bolsa. Se compraba revistas de economía y hacía sus movimientos que muchas veces resultaban exitosos. Como era tan generoso, una vez invitó a comer a todos los amigos con sus ganancias en bolsa. Él lo compartía todo, no es de extrañar que terminasen apodándole Pepe "el dadivoso".

Terminamos el año con la noticia de la llegada de un nuevo miembro a nuestra familia, será a mediados del próximo año, así que en el siguiente episodio la vais a conocer. Sí, ¡es una niña! Pepe no podía estar más feliz. Concluyo con esta fotografía de aquel invierno y podréis juzgar vosotros mismos.

Pepe satisfecho

Publico este episodio hoy 19 de marzo, día de San José y día del padre, una fecha muy especial. ¡Felicidades, papá! Si de entre todas las cosas que fuiste tuviese que destacar alguna es que sin duda, ¡fuiste el mejor padre!

Gracias como siempre a Amparo por recorrer esta vuelta al pasado conmigo. Está siendo muy gratificante para las dos, pasito a pasito vamos andando el camino.