La Universidad, Murcia

Yo siempre pensé que lo de mi padre por la abogacía era vocación, no puedo imaginar qué otra cosa pudo haber estudiado. Podría haber sido maestro, o cura. Desde luego era un hombre de letras.

La Universidad de Murcia por aquel entonces acogía únicamente la Facultad de Derecho, Pepe tuvo claro desde el principio que sería su destino. Sus compañeros y amigos de PREU, Pepe Mataix y Rafael Yago eran de ciencias, y ambos se trasladaron a Granada para estudiar  Farmacia.

Es sorprendente que a día de hoy conservemos en nuestra casa de Yecla tantos documentos y recuerdos relacionados con su época de estudios ¡Después de tantos cambios de domicilio y tantos años! Nadie guarda cosas con tanto mimo y durante tanto tiempo si no es que tienen un gran significado. Aquí su carnet del Sindicato Español Universitario expedido en Murcia en octubre de 1956.


El Ayuntamiento de Yecla concedió a Pepe una beca de estudios que supondría un gran desahogo para sus padres, dado que por aquel entonces no tenían ningún familiar en Murcia que lo acogiese, o medios para costearle un alojamiento.

El Colegio Mayor "Julio Ruiz de Alda" fue su casa durante los dos primeros años de carrera. Un gran cambio para Pepe, después de tanto tiempo siendo "el mimadico", el "idolito", el "nene". Como es de imaginar, en el colegio había una serie de normas bastante estrictas. No obstante, había un sentimiento de familia. Aquí la portada del libro de normas del colegio que no comparto entero porque es un "tostón". 


En el colegio, la mayor parte del tiempo la dedicaban al estudio. También se practicaba deporte y a menudo se organizaban recitales, conferencias y como no, alguna que otra fiesta. Desde luego no se aburrían.
Yo he visto a mi padre jugar al tenis, pero jamás jugar al fútbol, se me hace extraño verle de esta guisa. Aquí esta fotografía del equipo Ruiz de Alda.


En esta otra fotografía de la "Fiesta de la Cucúrbita" (calabaza), he de decir que me costó encontrarle. Ha sido como buscar a "Wally". Siento que la calidad de la foto no sea óptima como para que lo podáis encontrar, pero si alguien tiene curiosidad solo tiene que preguntarme.


La oración y las misas formaban parte del día a día en el colegio, a la hora de la comida el cura bendecía la mesa. En una ocasión, todos se intoxicaron tras comer ensaladilla rusa. Al día siguiente el cura cambió su habitual bendición de la mesa por esta otra: "Bendice Señor y desinfecta los alimentos que vamos a tomar". Esta frase llegó a formar parte de nuestras vidas pues era la única fórmula utilizada por Pepe para la bendición de la mesa en los días de celebración.

Aquí está recibiendo la beca del colegio, que cómo no, conservamos. 


También había tiempo para disfrutar con los amigos y salir por los locales de Murcia.


Su tía Consuelo Carreres había empezado a trabajar de maestra fuera de Yecla, tenía que pasar por Murcia cuando regresaba al pueblo y aprovechaba para hacer una visita a Pepe. Entonces volvía a ser el "mimadico" de siempre. Tía Consuelo le invitaba a comer en "El Hispano" o en algún otro sitio popular de Murcia y juntos pasaban un buen rato. Él recordaría siempre esas visitas con mucho cariño.

Pepe solo volvía a casa en Navidad, Semana Santa o verano. Una comitiva de mujeres iba siempre a esperarle al autobús, incluida la que fue su niñera, Julia, que le llevaba además un paquete de cigarrillos de bienvenida.

Los estudios iban bien, la vida en el colegio era genial, la ciudad, las nuevas amistades... ¡Todo era perfecto!

Y mientras tanto en Yecla...

Una serie de sucesos estaban afectando a la economía de muchas familias. La industrialización tuvo un efecto directo sobre los trabajadores del campo, muchos se vieron obligados a trasladarse a los pueblos y a grandes ciudades, provocando a su vez más desplazamientos de la población hacia otros países como Francia, Alemania o Suiza. 

El cambio de tendencias en los hábitos de consumo ante una situación incierta, y con muchas familias pasando hambre, afectó al negocio de Fernando. Ya no se vendían pasteles. La confitería se cerró en diciembre de 1956, el día de la subida de la Virgen al Castillo, colofón de las fiestas patronales de Yecla.

Fernando invirtió en otro negocio que no fue bien (una fábrica de conservas en la calle San Ramón). Después consiguió un trabajo de comercial en el área de Valencia, gracias a los hermanos y amigos de la familia, Paco y Pepe Rico. En 1957 era oficialmente representante de lámparas y muebles. Con su traje y su maletín, viajando continuamente en tren, descubriría que se le daba muy bien. Este sería sólo el principio de un nuevo futuro, en VALENCIA.


Comentarios

  1. Aquí hay una anécdota muy graciosa, cuando llegó a la universidad ya había otro estudiante de Yecla al que le decían El Yeclo; cuando Pepe llegó, le empezaron a decir El Yeclo Feo. Si esta anécdota te la cuenta él dirá: "¡ya le podían haber puesto a Pepe el Yeclo Guapo y a mí dejarme en paz!", a sus cerca de noventa años aún lo recuerda.

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    1. ¡Muchas gracias por compartir la anécdota! Seguro que el muchacho no era tan feo, pero claro, es que Pepe era guapo, guapo. Gracias también al Yeclo por recordarlo con humor.

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